La
casa asturiana se caracteriza por sus volúmenes simples y cúbicos, con
muros de piedra generalmente enfoscados o "cargados" y pintados de blanco,
salvo quizás las piezas labradas en los sillares de esquina, molduras
de coronación y cercos de los huecos. La cubierta suele ser a cuatro
aguas, y suele tener una ventana en buhardillón, que a veces se enrasa
con la fachada formando un balconcillo.
Un
elemento ya tradicional, pero tampoco tan antiguo, es el corredor o
"antojana" en la primera planta, frecuentemente acristalado, siempre
sobre la puerta de entrada en la fachada principal, que casi siempre
está orientada al sur. Algunas veces un lateral del corredor está cerrado,
frecuentemente con tablazón de madera, y allí dentro es donde se ha
construido un pequeño baño o aseo para modernizar la casa.
La carpintería de las ventanas suele ser de madera de roble o castaño,
y a pesar de ello suele pintarse con colores muy brillantes, rojos azules
o verdes, que le dan una especial vistosidad.
En
la planta baja suele estar la sala y la cocina, y también la cuadra
con acceso lateral. En la planta primera puede estar el pajar o "tenada"
sobre la cuadra, con un agujero para echarla en los pesebres, y también
se encuentran los dormitorios. Los tabiques interiores están hechos
con varas de avellano entrelazadas, llamadas "setu" o "sardu" y revestidas
con yeso.
Los suelos son de anchas tablas de roble o del castaño negro español,
que se apoyan directamente sobre las vigas también de roble o de castaño.
Rara vez se usa las maderas más blandas como el pino, y siempre hay
que tener cuidado porque son muy atacables por la "polilla", que es
como generalmente llaman a la omnipresente carcoma.
Unas pocas recomendaciones a los que se quieran remodelar una casa asturiana:
1.-
Ojo con la carcoma. Revisar una a una todas las piezas y cambiarlas
en caso de duda.
2.-
Usar siempre maderas duras y tratadas. Actuar rápidamente en cuanto
se vea una mancha de polvillo en el suelo.
3.- Los suelos de tabla en planta baja casi seguro que están en muy
mal estado, aunque no lo parezca a simple vista. Quizás se pueda reutilizar
algo en la planta superior. La planta baja está mejor en material más
resistente y duro.
4.- Abstenerse de "machacar" la cubierta multiplicando los buhardillones,
o agrandándolos o, peor todavía, sustituyéndolos con ventanas Velux.
En estas casa la cubierta se ve mucho, y es muy fácil destruir todo
el el efecto.
5.-
Conservar y reutilizar en lo posible los tabiques de "setu". El albañil
local puede considerar que es una antigualla inútil. Lo que pasa es
que él ya no sabe hacerlo.
6.-
Abstenerse en lo posible de abrir grandes ventanales, más propios de
las grandes ciudades, donde todo hueco es pequeño para acercarse a la
naturaleza. Aquí no es necesario, y es una buena manera de cargarse
todo el encanto de la arquitectura rural.
7.-
Las cuadras y "tenadas" a veces son las que tienen los techos más altos
. Son los mejores para obtener zonas diáfanas con preciosas estructuras
vistas y sin desvirtuar la arquitectura popular. Lo mismo hay que decir
de los lagares.
8.- Los hórreos y paneras son edificaciones mágicas. Se ruega un trato
exquisito y se advierte que están protegidos por ley. Caiga la maldición
sobre quien quiera demostrar sus dotes artísticas en estas edificaciones.
Seguro que no las necesitan.
En
fin; suerte, vista... y cuidémoslas que son muy agradecidas.
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